DISCRIMINACIÓN

EL PELAGATO

Dr. Mauro Gudiño E.

La Constitución de la República del Ecuador en el  Capítulo Primero que habla de los “Principios de aplicación de los derechos”, el numeral 2 del Art.11 reconoce: “Todas las personas son iguales y gozarán de los mismos derechos, deberes y oportunidades.

Nadie podrá ser discriminado  por razones de...ideología, filiación política,…condición socio –económica…La Ley sancionará toda forma de discriminación.”  El Diccionario Enciclopédico Salvat señala: “DISCRIMINAR. (Del lat. Discriminare.) tr. Separar, distinguir, diferenciar una cosa de otra.- Dar trato de inferioridad a una persona o colectividad por motivos raciales, religiosos, políticos, etc.”

Lo transcrito  evidencia lo que está ocurriendo en nuestro país y concretamente con el trato que el gobierno está dando al problema de la aplicación de las jornadas laborales de los médicos, odontólogos y demás funcionarios de la salud y los docentes del país; por cuanto los primeros también trabajaban 4 horas y en otros  casos 6 horas diarias,  que hasta la vigencia de la nueva Ley Orgánica de Servicio Público (LOSEP) tenían y luego  debían pasar a cumplir una jornada de 8 horas por necesidad de servicio; situación que el empleador reconoce públicamente, que se debe pagar por las horas aumentadas y la  discriminación se produce  porque estando en la misma  condición las maestras y maestros, se nos niega pagar por las horas aumentadas.

Al respecto de lo antes señalado, nuevamente escuché al actor sabatino que se enlazaba desde el extranjero y entre las cosas que decía que había comido, también informaba que había estado en el oriente ecuatoriano y  que se encontró con “médicos que estaban trabajando 8 horas diarias…” de las cuales informaba que se había enterado que únicamente les pagaban de 4 horas; por lo que  nuevamente culpaba a la burocracia y al centralismo del Ministerio de Salud, señalando que esto era  inaceptable,  que pedía que el Ministro del ramo ponga inmediata solución. Esto incentivó al “Pelagato” a que analizará en qué situación nos encontramos las maestras y maestros ecuatorianos y puedo concluir señalando  que el personaje sabatino quiere  imponernos a toda costa la aplicación de la jornada de 8 horas reloj diarias, sin considerar que estamos en la misma situación jurídica y profesional que los médicos y odontólogos, consecuentemente necesitamos  que el Ministerio de Educación, el Ministerio de Recursos Laborales y el gobernante de turno, resuelvan con el mismo criterio y voluntad política que tienen con los médicos y odontólogos;  en lugar de emitir afirmaciones como la que hizo en la sabatina del 17 de septiembre de este año, que señaló que ni muerto iba a cambiar o ceder ante la aplicación de las 40 horas reloj semanales para los docentes; a lo que puedo recomendar que no es necesario nombrar a la muerte y tampoco empecinarse en el cumplimiento de esta nueva jornada cuando no se tiene recursos para pagar, por lo que  puede darse el caso  de que no  cumpla con lo que aseverado; personalmente en mi calidad de biólogo me gusta proteger a las especies y no deseo que ninguna especie o espécimen muera, porque todos cumplen alguna misión en la naturaleza y por otro lado se quedarían sin pagar lo que ya están adeudando.

 Es necesario  quitarse la venda  que tienen en los ojos y dejar de  negar lo que está ocurriendo con los docentes, ya no pueden seguir ocultando la inconformidad que existe al persistir en exigir un trabajo duplicado sin remuneración; este es un caso de Explotación Laboral que deviene en acciones legales en contra de quienes la practican; lo mejor es que prime la reflexión, la cordura, el respeto mutuo y se busque la solución dentro del marco legal al que todos estamos obligados observarlo, gobernante y gobernados sin discriminación de ninguna clase.

Al fin del mes de septiembre verificaremos si nos han pagado por las horas de trabajo aumentadas, caso contrario, caerán en mora y la polémica continuará.

Las y los docentes no solamente tenemos obligaciones sino también derechos y deben ser respetados y no discriminados.